LAS MIRADA DE DIOS

                                Texto: 1 Samuel 16

Hoy hablaremos acerca de las dos miradas con las que podemos mirar nuestra vida. Las cuales con muy diferentes y producen también resultados distintos.

En el versículo 7 vemos el contraste entre lo que veía el profeta en lo que debería ser el nuevo rey y lo que miraba Dios. Él no mira lo que ven los ojos del hombre sino lo que está en el corazón.

El primer hijo de Elí que aparece en escena, es Eliab, quien seguramente tendría un muy buen porte, una presencia impactante. Humanamente, Samuel al verlo creyó estar viendo al ungido de Dios, lo cual era erróneo, pues Dios, lejos de sorprenderse por su apariencia, estaba mirando su corazón.

Hay muchos aspectos donde podemos ver que la mirada de Dios es infinitamente más profunda, más completa, en otras palabras, es perfecta. Ésta abarca toda la realidad del ser humano, no solo una parte, sino también el pasado, presente y futuro.

Hoy veremos algunos ejemplos acerca de la diferencia entre la mirada humana y la de Dios:

1-      El hombre mira el carácter, Dios ve su realidad. Muchas veces una persona juzga a otra de acuerdo solamente a su comportamiento, a su manera de ser y de relacionarse, mientras que Dios, además de ver eso, también ve su historia y los motivos que provocan su comportamiento.

Puede que al observar a alguien nos precipitemos a juzgarla y caratularla de acuerdo solo a lo que perciben nuestros ojos; solemos decir: “este es un amargado” o “nada le viene bien” o cosas por el estilo. Sin embargo, rara vez conocemos en profundidad su situación completa. Es importante que veamos más allá y que tratemos de acercarnos y conocer su historia, no para justificarla sino para tratar de comprender y ayudar. Dios hoy quiere darnos la sensibilidad para entender que estas personas, aunque no lo notemos, necesitan del amor de Dios a través de nuestra vida.

La mirada del hombre se queda en lo externo, en lo parcial, pero Dios quiere que veamos más profundamente para llegar a su corazón y poder así ser de bendición.

2-      El hombre mira la frustración mientras que Dios ve las posibilidades de victoria. A menudo uno puede caer en mirar para atrás, el pasado, las derrotas o las imposibilidades que detienen la esperanza en el presente. Esto produce estancamiento y temor. Pero Dios sabe y ve lo maravilloso que está por hacer.

Al ver los problemas de salud, en lo económico o lo familiar algo dentro nuestro nos dice que “este problema nunca se va a resolver” mientras que el Señor ya ha visto la solución. Dios quiere que te sueltes del pasado para anclarte a la fe y confiar en su poder!

El mismo profeta Habacuc (Habacuc 1:1-4) comienza su libro escribiendo acerca de una realidad dolorosa y cuestionando a Dios por la sociedad corrupta donde los impíos se llevaban (a su modo de ver) la mejor parte. A lo cual el Señor le responde diciendo: “Mirad entre las naciones y asombraos porque Yo haré una obra en vuestros días que aún cuando se os contare no la creeréis”

No te aflijas por lo que ves hoy pues Dios conoce el propósito y también la obra que está haciendo para bien. Tal como el caso de Abraham (Romanos 4:17) que lejos de su realidad, confió en la promesa y llegó a ver lo que parecía imposible!

3-      Los hombres miran las acciones externas, Dios ve las motivaciones que hay detrás de sus actos. Las motivaciones, las intenciones del corazón de los hombres no siempre están muy claras, a veces hay evidencias pero otras veces, no. Debemos guardarnos de juzgar por lo que vemos puesto que el único que conoce las motivaciones del corazón es Dios.

En Hebreos 4:12, Dios nos da luz acerca de la palabra viva que llega mucho más profundo que cualquier otra cosa. Esto no es para condenar sino más bien para que nos santifiquemos a través de ella.

4-                 Los hombres miran cuanto tiene una persona, Dios mira la fidelidad en su servicio. ¿Puede uno preferir rodearse de personas bien vestidas, con mucha educación y un buen auto estacionado en la puerta? ¿Podrá enseñarnos más una persona que logró poseer mucho antes que alguien que dedica su vida a Dios? Si bien a simple vista uno diría que eso no tiene nada que ver, la realidad es que muchas veces uno prefiere a las personas que lograron ascender en los escalones culturales más que quienes crecieron interiormente hacia Jesús y por ahí, no es tan visible.

En Lucas 22:24-26 Jesús deja una enseñanza bien clara acerca de que los más exitosos para el reino de los cielos no son quienes logran tener cuanto desean sino quienes llevan el amor de Dios en beneficio de otros y los sirven. Dios espera que seas fiel con lo que te ha dado. El Señor va a mirar si fuiste fiel, si desarrollaste el ministerio con amor y para Él y por Él. No escondas el talento que te ha dado, se fiel en el servicio a Dios.

5-                   El hombre mira el pecado y lo condena, Dios ve el arrepentimiento y lo restaura. No prestemos oídos a los chismes que nos vuelven enemigos de quien se ha equivocado, sino más bien oremos y ayudemos a su restauración con amor. Recuerda siempre la regla de oro: “Hazle al otro lo que te gustaría que te hagan a ti”.

6–      El hombre mira sus posibilidades humanas, Dios ve su poder infinito. Dios busca hombres y mujeres que estén dispuestos a poner su fe en Dios, pero muchas veces miramos con nuestros ojos y decimos “no se puede”, “no hay recursos”, “no tengo la capacidad”. No confíes en tu análisis, déjaselo al experto para que saque sus conclusiones: Dios.

Tenemos el caso de David cuando se enfrentó al gigante (1 Samuel 17). Era imposible derrotarlo pero David lo miró con los ojos del Señor y venció.

7-      Los hombres miramos lo poco que tenemos, Dios mira que hacemos con ello. Él está esperando que pongamos lo poco en sus manos. Aunque creas que no conoces tanto la Palabra, que no tienes tanta fe; hoy el Señor te dice que lo coloques en sus manos y que lo uses. Tal como en la multiplicación de los panes y los peces, pon lo que tienes en sus manos y espera el milagro. Él ya te ha dado mucho más de lo que te imaginas!

8-      Los hombres miramos la belleza física, Dios ve la belleza interna. Este mundo ha puesto a la belleza en un punto de idolatría. No dejemos que los complejos marquen nuestra vida y tampoco resaltemos los defectos de otros, pues esto lastima mucho. Démosle paso a la belleza interna que es quien verdaderamente perdura. Dios te acepta como eres y te ama, ha hecho una obra maravillosa en tu vida, por lo cual valórate y bendice tu vida, tu cuerpo, tu familia y verás que tu belleza interior es más valiosa que la cáscara.

9–      El hombre busca la aprobación de los hombres, Dios espera que busques su opinión. Aunque todos necesitamos la sana aprobación, el cariño, algo muy diferente es depender de la opinión de los demás y buscar desesperadamente agradar a los otros en todo.

Si tu prioridad es agradar a todos, te puedes llevar varias desilusiones. En cambio si tu prioridad es agradarle al Señor, es justamente lo que Él espera de ti. Todo lo que hagas, hazlo para el Señor y tu alma será reconfortada.

10-               El hombre mira los pecados visibles, Dios ve los pecados del espíritu. Hay pecados invisibles pero muy presentes en el corazón, tales como la codicia, la envidia, los celos, el resentimiento y la amargura, entre otros. Estos son pecados del espíritu que los hombres no los alcanzan a ver pero Dios sí los reconoce.

Por tanto, no te guíes por lo que ven tus ojos sino más bien deja que el Espíritu Santo te guíe a ver tal como Dios ve. Aléjate de la murmuración que tanto lastima y del juzgar a otros por lo que uno alcanza a ver. Intenta siempre perdonar, dar amor y verás como el Señor es quien saca todo a luz.

No te detengas o te atemorices si ves que tu realidad te supera, más bien aférrate más que nunca de tu Creador y confía porque seguramente Él está viendo la solución acercándose!

Ama a quienes te bendicen y también a quienes no lo hacen. Multiplica los dones que el Señor ya te ha entregado en beneficio de los demás porque sin duda esa es la señal del éxito!

Preguntas de reflexión:

1- ¿Conoces a alguien malhumorado o frío? ¿Desde cuando lo catalogas así? ¿Has intentado acercarte?

2- ¿Cómo defines el éxito de una persona? ¿Cuál es el ideal que quieres alcanzar?

3- ¿Te has equivocado alguna vez? ¿Te hubiera gustado que todos los demás hablaran a tus espaldas de lo ocurrido? ¿Haces lo mismo con otros?

4- ¿Te acercas a alguien por su belleza externa o tratas de encontrar la belleza interna?

5- ¿Qué estás haciendo con lo que Dios te dio? ¿Cómo está tu servicio?

6- ¿Por qué la opinión de Dios es más importante que la de los otros?

 

 

Si este grupo es de bendicion, pasalo a otros.
Asi ellos tambien se beneficiaran de las reflexiones, estudios, temas y meditaciones que colocamos.