“Verdades que sostienen tu vida espiritual”

 INTRODUCCIÓN

Las cosas no siempre se dan como queremos, a veces tenemos que esperar para recibirlas. Si creemos en las promesas y aguardamos al momento de su cumplimiento, entonces seguramente nos sorprenderemos. Hoy hablaremos acerca de cuatro verdades que nos sostienen en momentos de lucha o confusión.

DESARROLLO

La clave está en la actitud del corazón. Todo reino tiene un lenguaje particular, modismos y formas de expresión. Así mismo el reino de los cielos tiene determinadas leyes espirituales que nos llevan a vivir en plenitud, aún aquí en la Tierra.

Nuestra vida espiritual puede mantenerse apasionante, puede sostenerse en victoria si observamos las siguientes cuatro verdades. A continuación podremos descubrir cuáles son y cómo mantenernos en medio del fuego cada día de nuestra vida:

  • La adoración. En este tiempo de fiestas, podemos observar cómo fue la anunciación de los ángeles a los pastores cuando nació Jesús (Lucas 2: 13-14). La alabanza y adoración componen el lenguaje del reino de los cielos. Aunque estemos acostumbrados a la crítica y el mal humor, típicos de este mundo, es posible vivir de acuerdo al espíritu y poder huir del negativismo. Dios no tiene favoritos, pero cuando uno decide cambiar la queja y la desesperanza por la alabanza, entonces está viviendo por fe y las puertas de bendición comienzan a abrirse. Es allí donde podemos estar confiados de que todo resultará bien. Aunque a veces, nos toque atravesar batallas, es necesario que no se borre el cántico nuevo y la adoración de nuestra boca. El Reino de Dios se mueve con la alabanza. Aunque no seamos los mejores músicos o cantantes, el Señor se agrada de un corazón rendido en adoración, agradecido por todo. La música cristiana nos ayuda a entrar en la presencia del Espíritu Santo, nos despierta y nos alegra el corazón. Hay poder en las melodías que son interpretadas para Dios. Es a través de la alabanza, donde Dios pelea por nosotros. En Isaías 42:9-10 las Escrituras hablan acerca de entonar un cántico nuevo, el cual viene de un corazón nuevo. Esto atrae a la Presencia de Dios, la cual rompe cadenas y trae paz y alivio a las emociones. Aunque el enemigo intente robar la alegría y los sueños, debemos más que nunca defender lo que el Señor nos ha dado y alabarlo por su eterno amor.
  • Un buen corazón. La columna que va a mantener tu fe, es la pureza de tus actitudes más profundas. Es la capacidad de poder obedecerle a Dios y buscar la santidad. Aunque todos fallamos, si buscamos mejorar cada día y acercarnos más al propósito que el Señor planeó para nosotros, entonces recibiremos alivio y perdón. Es inevitable que un error traiga como consecuencia otros problemas. Tal como el relato del hombre que tenía mucha hambre y por lo cual, al entrar en una carnicería, aprovechó el descuido del empleado para tomar un chorizo y lanzarse a la fuga. Sin embargo, este pequeño embutido no venía solo, sino que formaba parte de una larga tira de otros más. El carnicero, solo tuvo que aferrarse al último chorizo de la tira para detener al imprevisto ladrón. Cuando uno está en obediencia y cree, la respuesta viene. Esto impacta dentro y fuera de la iglesia. Tus actos bendicen a otros. Es por eso la importancia de mantener un corazón limpio y un espíritu renovado en nuestro ser. La Presencia de Dios habita en corazones que se consagran. Hoy podemos volver a comprometernos a seguir cuidando nuestro corazón y buscar ser íntegros en todo.
  • El buen consejo (que trae el verdadero descanso). En Isaías 40:28-31 habla de que Dios no se cansa como nosotros. El verdadero descanso no viene del lugar hacia donde viajemos o con quienes nos encontremos sino de cómo esté nuestra alma. Dios da fuerzas a los cansados porque nos llena de paz. Es más, si no estamos bien espiritualmente, podemos dormir mucho, pero luego, al levantarnos sentir un profundo cansancio y mal humor. Si Dios ha creado todo lo que existe, Él es quien mejor nos comprende. Es por eso que debemos acudir a su Palabra cuando necesitemos consejo. Aunque todos necesitemos alguien con quien charlar y desahogarnos, el mejor consejero es Jesús. En las Sagradas Escrituras es donde encontraremos siempre la sabiduría y el descanso para nuestras almas.
  • La predicación del evangelio. Nuestro llamado es a predicarle la salvación a todos los que nos rodean. Muchas veces, con el solo hecho de hablar de Jesús, los problemas parecen evaporarse. No te avergüences del evangelio porque es poder de Dios! Somos deudores de la gracia y de tan grande salvación que nos ha dado el Señor. Cristo vive y reina y sigue siendo la respuesta de la necesidad el hombre. Así como alguna vez alguien te habló del amor de Dios y te trajo hasta este lugar, tú también puedes ser de bendición a alguien que está esperando que abras tu boca y le cuentes lo que el Señor ha hecho en tu vida.

 

CONCLUSIÓN

Aunque por todos lados se oigan quejas y expresiones de desánimo, busquemos cambiar el mal humor por la alabanza y el agradecimiento por lo que Dios nos ha dado. Nuestro corazón necesita ser renovado y procurar la integridad dentro y fuera de la iglesia. Esto impacta mucho a quienes nos rodean. Y cuando necesitemos un consejo sabio, busquemos dirección en su Palabra. Dios es quién te ha formado desde antes de que estuvieses en el vientre de tu madre, es quien mejor te conoce y es quien ve más allá de lo que nadie pueda ver. Búscalo en todo tiempo, adóralo con todo tu corazón, edifica tu alma con música cristiana y háblale a otros del amor de Dios que te ha cautivado y te ha traído hasta aquí. Estas son verdades que aunque tengamos que pasar tormentas, nos llevarán a la otra orilla y nos acercarán a la victoria! Deja que el pasado quede atrás y que lo nuevo te motive a seguir adelante.

El Señor quiere recibir tu alabanza, tu adoración y darte gozo, nuevas fuerzas y pureza de corazón. El es la respuesta a las necesidades de tu corazón por medio de Su palabra. Aférrate a ella hasta que se cumpla. No te desalientes porque Dios anuncia que a los que le creen y le siguen, la historia siempre termina bien!

Preguntas de reflexión:

  • ¿Qué ocurre cuando adoramos a Dios en medio de un problema?
  • ¿Escuchas y cantas música de adoración? ¿Cómo le expresas tu amor a Dios?
  • Cuando necesitas hablar con alguien, ¿buscas consejo en Jesús?
  • ¿Estás dispuesto a volver a comprometerte y buscar la santidad absoluta (aunque otros no lo hagan)?