Luego del cautiverio, los hijos de Israel volvieron a Jerusalén. Allí pudieron comenzar a reconstruir el templo de Dios. Pero grande fue el contraste entre los ancianos y los jóvenes porque unos habían visto la majestuosidad del primer templo, mientras que los otros, por primera vez tenían la posibilidad de edificar un lugar de adoración para Dios. Sin embargo, prevaleció el desánimo ya que la obra terminó por detenerse aproximadamente 15 años. Solo veían las piedras quemadas. Fue entonces que se levantó el profeta Hageo (Hageo 2:7) para declarar que en esa casa, más modesta, se presentaría el mismo Mesías y llenaría todo con su presencia. La gloria postrera sería más fuerte que la primera !!!
La iglesia es tu hogar

Puede ocurrir que uno, hoy en día, también menosprecie el templo de Dios. Sin embargo, la iglesia es la institución más importante del barrio. Los bomberos, la escuela, el hospital y la policía, son indispensables por supuesto, pero cumplen su función en diferentes etapas de la vida. Cuando uno va a una institución, se queda un momento o cumple una etapa, pero no se queda a vivir allí. Sin embargo, la iglesia es un hogar espiritual, un lugar permanente. Es allí donde crecemos, donde aprendemos cada día más de Dios y compartimos mucho tiempo con personas que comparten la misma fe.
Tu familia espiritual

En la iglesia tenemos también nuestra familia espiritual. Es por eso que tenemos que aprender a amar este lugar. El Señor quiere que no solamente nos juntemos, sino que lo valoremos y que lo amemos, junto con los que también se reúnen con nosotros. Cuidemos cada rincón, cada banco, cada detalle sintiendo que es nuestro.

Esta es nuestra casa y por eso la tenemos que sentir como propia. Cuidemos cada lugar y mantengámoslo limpio. De igual manera que el clima espiritual, es nuestro deber el mantener puro el aire que se respira espiritualmente.

A menudo, cuando viene alguien por primera vez, comienza por sentirse sorprendido y luego le sobreviene la emoción, inclusive, algunos hasta lloran. Y cuando se van, sienten que se fueron transformados por la presencia de Dios. Es por eso que tenemos que cuidar este ambiente espiritual. Cuando los hermanos están juntos y en armonía, la unción desciende! (Salmos 133).

Tener celo y pasión por lo que está pasando aquí, es sinónimo de amor. La iglesia no es del pastor sino que es tuya. Es el lugar donde todos encontramos nuestro refugio espiritual. Aquí nos sentimos amados por Dios y también por los hermanos y cuando estamos juntos, Jesús está también en medio nuestro (Mateo 18:20).

Cuidemos el clima espiritual

Más allá de lo que pase, como nadie es perfecto, también pueden surgir ofensas y malos entendidos; pero es bueno guardar la unidad, perdonar y amar a todos porque esta es nuestra familia espiritual. Cuidemos nuestra iglesia para que todo aquél que entre, sienta el amor de Dios a través nuestro.

Los climas se perciben, aún las palabras cambian pero el clima se percibe. ¿Has entrado alguna vez a algún lugar donde estaban discutiendo y de repente se callaron? Si bien la pelea se cortó, el clima no había cambiado en absoluto. Uno puede sentir el clima espiritual cuando entra a algún lugar. Si cuidamos el ambiente en nuestra iglesia, todos seremos beneficiados con ello. Y claro que Dios, siempre transforma el clima. Cuando le damos lugar a Él, todo comienza a ser mejor! Aún sin notarlo, Dios puede sanar en medio de la alabanza o la oración, o inclusive mientras las Escrituras traen luz a los corazones.

La casa de Dios es un lugar donde quiero estar, donde necesito estar. Es bueno estar aquí! Inclusive el “hermano lija” me hace bien, porque todo lo que pase, Dios lo va a conducir para bien! Aún los roces me provocan a ser más espiritual, nos hacen madurar en la fe, porque es en este clima donde podré ver los frutos del Espíritu Santo.

El fruto espiritual necesita del clima de la casa de Dios. En lo natural, sabemos que los plátanos crecen óptimos en Ecuador, por causa del clima adecuado. Si intento trasplantar un árbol de allí y lo cultivo en Buenos Aires, no obtendré los mismos frutos porque el clima es muy diferente. Ocurre lo mismo en lo espiritual. Es en la iglesia donde está el clima para que des buen fruto.

A través de lo que suceda aquí, podemos impactar a una ciudad. Hay un lugar en el mundo donde los policías se aburren, las cárceles están vacías, no hay alcohol, no hay droga y en las calles se oyen cánticos espirituales. Ese lugar se llama Almolonga y está en Guatemala. La gente, en el medio de la nada, es tan próspera que tiene para dar a otro. Pero esta situación no siempre fue así.

Este pueblo hace unos años atrás, era tan pobre que no tenían ningún recurso. Los pobladores vivían en opresión, era muy común ver hombres ebrios por las calles y había casi más bares que casas. Eran esclavos del esoterismo y de toda clase de pecados. Hasta que un día, un pastor, se acercó al máximo exponente del ocultismo de aquel lugar y le predicó. Este hombre se quebrantó delante de Jesús y su vida cambió para siempre. Desde ese momento, hubo un cambio espiritual. Los brujos se fueron de la ciudad y todo fue bendito. La tierra recibió la libertad espiritual! Hoy las verduras que allí se cosechan son enormes. Es un fruto único en el mundo. Todos viven prósperos y alaban al Señor por ello.

Solamente Jesús puede cambiar un barrio, un pueblo, una ciudad o una nación!!

El cuerpo visible de un Dios invisible

¿Cómo no amar la casa de Dios si Él está aquí? La iglesia es el cuerpo visible de un Dios invisible. Cuando Jesús vino a este mundo, era el cuerpo visible del Padre invisible. Él mismo afirmó que quien lo veía, también estaba viendo al Padre celestial (Juan 14:6-9 y Colosenses1:15).

Cuando Cristo resucitó y ascendió a los cielos, envió al Espíritu Santo. Ahora nosotros somos el cuerpo de Cristo. Y justamente estamos reunidos en la iglesia para recibir la unción, la capacitación espiritual para tomar la tierra que ya Dios nos ha entregado! Tú también vas a dar fruto, solo por estar en el clima espiritual adecuado. Desde que entraste algo está creciendo en tu vida! Algo grande viene!

La iglesia es un refugio

En Salmos 84 vemos que hace referencia acerca del gorrión y la golondrina. Ambos son aves que no se establecen, pero si encuentran el lugar donde recostarse, ¿cómo nosotros no encontraremos un refugio espiritual en la casa de Dios? Tantas veces hemos buscado soluciones en diversos lugares, hasta que llegamos a la iglesia. Bienaventurados son los que habitan en tu casa! Podemos apreciar como el salmista estaba apasionado. Esta es la expresión del cielo en la tierra; la morada terrenal de un Dios que vive en los cielos. De esta manera, nos preparamos para nuestra morada espiritual futura, tal como Jesús declaró que se adelantaba para prepararlas (San Juan 14:2). En este clima, en esta atmósfera es donde el Padre está con nosotros.

Dios quiere que tengamos ese amor por su casa. En el momento en el que este salmo fue escrito, todavía no existía el templo de Salomón sino que el lugar de adoración era una simple tienda llamada tabernáculo de reunión. Sin embargo, de esa tienda Dios decía que era su casa.

En Mateo 12:6 dice que alguien mucho mayor que el templo está con nosotros! Su presencia es esa columna y valuarte de la verdad contra la cual las puertas del infierno no pueden detener el plan del Señor para cada uno de nosotros!

En el Salmo 84 hay cuatro verdades importantes referentes a la casa de Dios:

1- La casa de Dios nos inspira a deleitarnos. Uno se deleita estando en la casa de Dios. Más allá de quien predica o quien cante, nuestro deleite es estar. Es por eso que la casa debe ser cuidada y respetada, junto con quienes están dentro. Es tiempo de esforzarnos, respetarnos, más allá de las diferencias; es bueno estar juntos y aprender a perdonar mientras crecemos en la fe hasta lograr alcanzar la estatura de la plenitud de Cristo! Seamos de un mismo sentir. (Efesios 4:1-13) Cuidémonos porque todos aquí somos bienvenidos.

Ver Salmo 122:1 – Tenemos que estar en la casa del Señor. No es bueno dejar de congregarse. Cuando vemos mucha gente congregándose es bueno porque Cristo será glorificado y el enemigo será quebrantado!

¿Qué pasa cuando uno no está?

En San Juan 20:19-24 dice que Tomás se perdió la impartición, la bendición. Jesús se les había aparecido a sus discípulos, luego de la resurrección y todos estaban conmovidos, menos Tomás que no estaba con ellos. Estaba tan lleno de dudas que algo fue más importante que el estar con sus compañeros. Y ese día, sin saberlo, Jesús les dijo: “Reciban el Espíritu Santo” y Tomás no estaba, se la había perdido. No dejes de congregarte porque siempre que asistes, algo nuevo Dios te entrega para enviarte y bendecirte. Dedícale todo el tiempo que tengas para el Señor porque eso transformará tu vida.

2- El salmo inspira a pertenecer. Ser parte de la casa de Dios. En Hebreos 10:25 habla de congregarse. Cuando pertenecemos y el Señor manifiesta su poder, algo grande pasa. Es el lugar donde encontramos esperanza y amistad (Salmos 27:4).

3- Inspira a la devoción. Estar en la casa de Dios me lleva a amarlo cada día más a Jesús. Hace crecer la alabanza y el respeto por Él.

4- Inspira a cumplir el plan de Dios. Escuchar su Palabra nos motiva para salir e irrumpir en el mundo para proclamar la salvación para Cristo! La victoria de mañana comienza hoy aquí!!

Es por eso que este es el tiempo y también el lugar para que entregues tu vida a Cristo! Cuidemos y valoremos lo que Dios nos ha entregado y mantengamos puro el clima espiritual. De esta forma, veras muchos frutos salir a la luz tanto en otros con en tu propia vida!

La iglesia es tu hogar, tu familia espiritual y también el lugar donde poder crecer y conocer más del Señor.
Permite que sea tu lugar de refugio y deléitate cada vez que entras a esta casa. Sin duda, serás inspirado a tener una mayor devoción por Dios y a cumplir el gran propósito para tu vida!

Preguntas de reflexión:
1- ¿Es la iglesia tu refugio? ¿por qué?
2- ¿Sientes que tienes a tu familia espiritual en la iglesia?
3- ¿Cómo podrías, comenzando hoy, mejorar y guardar el buen clima espiritual?
4- El salmo 84 nos inspira en 4 aspectos ¿Cómo los ves reflejados en tu vida?

En Cristo, con amor.

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